Los fundamentos del pensamiento
matemático están presentes desde edades muy tempranas.
Como consecuencia de los procesos de
desarrollo y de las experiencias que viven al interactuar con su entorno,
las niñas y los niños desarrollan nociones numéricas, espaciales y
temporales que les permiten avanzar en la construcción de nociones
matemáticas más complejas. Desde muy pequeños pueden establecer relaciones
de equivalencia, igualdad y desigualdad, por ejemplo, dónde hay más o
menos objetos; se dan cuenta de que “agregar hace más” y “quitar hace
menos”, pueden distinguir entre objetos grandes y pequeños. Sus juicios
parecen ser genuinamente cuantitativos y los expresan de diversas maneras en situaciones de su vida cotidiana.
Estas
nociones las adquieren mediante la experiencia y la observación por
ejemplo los niños al acompañar a los padres a hacer las compras pueden darse
cuenta de que pagan y según la cantidad se les da cambio, etc.
Tenemos
que tener en cuenta que trabajamos por competencias y estas
requieren comprensión, no se trata de enseñar números por repetición,
como en las prácticas pasadas se acostumbraba. Tiene que ser representativa
cualquier práctica por trabajar.
Durante
la educación preescolar, las actividades mediante el juego y la resolución de
problemas contribuyen al uso de los principios del conteo (abstracción numérica)
y de las técnicas para contar (inicio del razonamiento numérico), de modo que las
niñas y los niños logren construir, de manera gradual, el concepto y el
significado de número.
Este campo formativo
abarca desde la noción del numero, forma espacio y medida.
Bibliografía:
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