jueves, 18 de abril de 2013

Expresión y apreciación artísticas


La expresión artística tiene sus raíces en la necesidad de comunicar sentimientos y pensamientos, que son “traducidos” a través del sonido, la imagen, la palabra o el lenguaje corporal, entre otros medios. El pensamiento en el arte implica la interpretación y representación de diversos elementos presentes en la realidad o en la imaginación de quien realiza una actividad creadora. Comunicar ideas mediante lenguajes artísticos significa combinar sensaciones, colores, formas, composiciones, transformar objetos, establecer analogías, emplear metáforas, improvisar movimientos, recurrir a la imaginación y a la fantasía, etcétera. El desarrollo de estas capacidades puede propiciarse en las niñas y los niños desde edades tempranas.

La construcción de la imagen corporal en las niñas y los niños se logra en un proceso en el que van descubriendo las posibilidades que tienen para moverse, desplazarse, comunicarse a través del cuerpo o para controlarlo -como en el juego de las estatuas- Estas capacidades de control y autorregulación se propician, sobre todo, mediante la expresión corporal y el juego dramático.

El trabajo pedagógico con la expresión y la apreciación artísticas en la educación preescolar se basa en la creación de oportunidades para que las niñas y los niños hagan su propio trabajo, miren y hablen sobre él y sobre la producción de otros.

Ellos necesitan ocasiones para jugar, cantar, escuchar música de distintos géneros y bailar. De esta manera enriquecen su lenguaje; desarrollan la memoria, la atención, la escucha, la expresión corporal y tienen mayores oportunidades para la interacción con los demás.


Bibliografia:

Desarrollo personal y social


Este campo se refiere a las actitudes y capacidades relacionadas con el proceso de construcción de la identidad personal y de las competencias emocionales y sociales. La comprensión y regulación de las emociones y la capacidad para establecer relaciones interpersonales son procesos estrechamente relacionados, en los cuales las niñas y los niños logran un dominio gradual como parte de su desarrollo personal y social.

En la edad preescolar las niñas y los niños han logrado un amplio e intenso repertorio emocional que les permite identificar en los demás y en ellos mismos diferentes estados emocionales –ira, vergüenza, tristeza, felicidad, temor– y desarrollan paulatinamente la capacidad emocional para funcionar de manera más autónoma en la integración de su pensamiento, sus reacciones y sus sentimientos.

Las emociones, la conducta y el aprendizaje se ven influidos por los contextos familiar, escolar y social en que se desenvuelven las niñas y los niños, por lo que aprender a regularlos implica retos distintos para ellos.

Las relaciones interpersonales implican procesos en los que intervienen la comunicación, la reciprocidad, los vínculos afectivos, la disposición a asumir responsabilidades y el ejercicio de derechos, factores que influyen en el desarrollo de competencias sociales.

En este campo formativo los aprendizajes se favorecen en los pequeños a partir del conjunto de experiencias que viven y a través de las relaciones afectivas que tienen lugar en el aula.



Bibliografía:
PEP 2011.

Desarrollo físico y salud


El desarrollo físico es un proceso en el que intervienen factores como la información genética, la actividad motriz, el estado de salud, la nutrición, las costumbres en la alimentación y el bienestar emocional. En conjunto, la influencia de estos factores se manifiesta en el crecimiento y en las variaciones en los ritmos de desarrollo individual. En el desarrollo físico de las niñas y de los niños están involucrados el movimiento y la locomoción, la estabilidad y el equilibrio, la manipulación, la proyección y la recepción, consideradas como capacidades motrices básicas.
Las capacidades motrices gruesas y finas se desarrollan rápidamente cuando las niñas y los niños se hacen más conscientes de su propio cuerpo, y empiezan a darse cuenta de lo que pueden hacer; disfrutan desplazándose y corriendo en cualquier sitio, “se atreven” a enfrentar nuevos desafíos en los que ponen a prueba y fortalecen o amplían sus capacidades físicas (por ejemplo, experimentan saltando de diversas alturas, realizando acrobacias, etcétera), al tiempo que experimentan sentimientos de logro y actitudes de perseverancia. El movimiento durante el juego estimula el desarrollo de las capacidades perceptivo-motrices (temporalidad, espacialidad, lateralidad, ritmo, equilibrio, coordinación). En estos procesos, movilizan las capacidades motrices, así como las cognitivas y afectivas.

El niño de preescolar aprende y adquiere experiencias por medio del movimiento, la exploración, el juego y la interacción con su entorno esto le proporciona la base para conocimientos más complejos. Al mismo tiempo, adquiere confianza, seguridad y valores, lo que implica un crecimiento en la relación que establece con niños de su edad y con su comunidad.
Por lo anterior, las prácticas de psicomotricidad son muy importantes para propiciar mayor eficiencia en la adquisición de nuevos conocimientos.
La palabra psicomotricidad está compuesta por dos vocablos: psico, que se refiere a la psique (pensamiento, emoción), y motricidad, basada en el movimiento y el desarrollo motor. Por tanto, la psicomotricidad estudia e interviene en el desarrollo motor en vinculación con el pensamiento y las emociones.
La psicomotricidad se utiliza como una técnica que favorece el desarrollo integral y armónico del individuo. De esta manera, existe una interacción entre el cuerpo y el entorno, entre los componentes biológicos, cognoscitivos y psicosociales de la persona.
El ser humano tiene un desarrollo motriz, cognoscitivo y psicosocial que evoluciona conforme madura su sistema nervioso. Y que mejor que este se lleve a cabo mediante el juego.


bibliografia: 

Exploración y conocimiento del mundo


Desde edades tempranas las niñas y los niños se forman ideas propias acerca de su mundo inmediato, todo a lo que se refiere a la naturaleza.

Estas ideas les ayudan a explicarse aspectos particulares de la realidad y a encontrarle sentido, así como a hacer distinciones fundamentales, por ejemplo, para reconocer entre lo natural y lo no natural, entre lo vivo y lo no vivo, entre plantas y animales.

Para ello es  elemental que la educadora e involucrarlos en actividades de consulta en libros, revistas de divulgación científica, vídeos  folletos y en otros medios al alcance, guiándolos en la observación de imágenes que pueden interpretar y ofreciéndoles explicaciones que amplíen sus conocimientos.

Las oportunidades que se den a niñas y niños para comparar cualidades y características de elementos, seres y fenómenos en condiciones y momentos distintos, y para que expresen sus predicciones, inferencias o explicaciones acerca de los factores que pueden haber influido en las transformaciones que  suceden (o no), propician esfuerzos cognitivos importantes: entender la información que se ha obtenido (o parte de ella), organizar y poner en relación las ideas y las evidencias, así como hacerse entender por otros. Ello, a su vez,  constituye una base en el proceso de adquisición de nuevos conocimientos y de  conceptos progresivamente más completos y complejos, así como en la formación de actitudes para seguir aprendiendo

El papel de la educadora es:
• Fomentar el desarrollo y práctica de los procesos cognitivos del alumno.
• Identificar los conocimientos previos que los alumnos tienen acerca del tema o contenido a enseñar, para relacionarlos con los que va a aprender.
• Hacer amena y atractiva la clase y tener en cuenta que el fin de su labor es que el alumno logre un aprendizaje significativo.
• Formular predicciones sobre el tema; plantear preguntas; aclarar dudas y resumir las ideas.
• Presentar el material de manera organizada, interesante y coherente.
• Intervenir con el objeto de mantener la discusión centrada y asegurar la utilización de las estrategias para que los alumnos las aprendan a utilizar.


Pensamiento matemático


Los fundamentos del pensamiento matemático están presentes desde edades  muy tempranas.
Como consecuencia de los procesos de desarrollo y de las experiencias que viven al interactuar con su entorno, las niñas y los niños desarrollan nociones numéricas, espaciales y temporales que les permiten avanzar en la construcción de nociones matemáticas más complejas. Desde muy pequeños pueden establecer relaciones de equivalencia, igualdad y desigualdad, por ejemplo, dónde hay más o menos objetos; se dan cuenta de que “agregar hace más” y “quitar hace menos”, pueden distinguir entre objetos grandes y pequeños. Sus juicios parecen ser genuinamente cuantitativos y los expresan de  diversas maneras en situaciones de su vida cotidiana.

Estas nociones las adquieren mediante la experiencia y la observación  por ejemplo los niños al acompañar a los padres a hacer las compras pueden darse cuenta de que pagan y según la cantidad se les da cambio, etc.
Tenemos que tener en cuenta que trabajamos por competencias y estas requieren comprensión, no se trata de enseñar números por repetición, como en las prácticas pasadas se acostumbraba. Tiene que ser representativa cualquier práctica por trabajar.


Durante la educación preescolar, las actividades mediante el juego y la resolución de problemas contribuyen al uso de los principios del conteo (abstracción numérica) y de las técnicas para contar (inicio del razonamiento numérico), de modo que las niñas y los niños logren construir, de manera gradual, el concepto y el significado de número.
Este campo formativo abarca desde la noción del numero, forma espacio y medida.





Bibliografía:

Lenguaje y comunicación


El lenguaje es una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva para integrarse a la  cultura y acceder al conocimiento de otras culturas, para interactuar en sociedad y  para aprender. Se usa para establecer relaciones interpersonales, expresar  sensaciones, emociones, sentimientos y deseos; intercambiar, confrontar,  defender y proponer ideas y opiniones y valorar las de otros; obtener y dar  información diversa y tratar de convencer a otros.

Antes de ingresar al preescolar los niños ya tienen conocimientos previos sobre este campo formativo, como es el habla, han tenido practicas de comunicación con sus familiares, esto en cuestión del lenguaje oral, y en tanto el lenguaje escrito han tenido acercamientos con dibujos, colorear, etc.

La incorporación a la escuela implica usar un lenguaje con un nivel de generalidad más amplio y referentes distintos a los del ámbito familiar; proporciona a las niñas y los niños oportunidades para tener un vocabulario cada vez más preciso,  extenso y rico en significados, y los enfrenta a un mayor número y variedad de  interlocutores. Por ello la escuela se convierte en un espacio propicio para el  aprendizaje de nuevas formas de comunicación, en donde se pasa de un lenguaje  de situación ligado a la experiencia inmediata, a un lenguaje de evocación de  acontecimientos pasados, reales o imaginarios. Visto así, el progreso en el  dominio del lenguaje oral significa que las niñas y los niños logren estructurar  enunciados más largos y mejor articulados y potencien sus capacidades de  comprensión y reflexión sobre lo que dicen, cómo lo dicen y para qué lo dicen.  

Expresarse por medio de la palabra es para ellos una necesidad; crear oportunidades para que hablen, aprendan a utilizar nuevas palabras y expresiones  y logren construir ideas más completas y coherentes, así como ampliar su capacidad de escucha, es tarea de la escuela.


Es indispensable que tanto los padres de familia así como docentes fomenten la lectura, pues este es un vinculo indispensable para abarcar el lenguaje oral y escrito.

bibliografia.
http://formacioncontinuaedomex.files.wordpress.com/2011/06/pep-2011-8-junio.pdf

Campos Formativos.



Los campos formativos permiten identificar en qué aspectos del desarrollo y aprendizaje se concentran (lenguaje, pensamiento matemático, mundo natural y social, etcétera)  los niños y constituyen los cimientos de aprendizajes más formales y  específicos que los alumnos estarán en condiciones de construir conforme avanzan en su trayecto escolar, relacionados con las asignaturas que llevaran en un futuro en su escuela primaria y secundaria.

Dichos campos formativos tratan de  participar con experiencias educativas en las niñas y los niños  para poner en juego un conjunto de capacidades de distinto orden (afectivo y social, cognitivo y de lenguaje, físico y motriz) que se refuerzan entre sí. En general, los aprendizajes de las niñas y los niños abarcan simultáneamente distintos campos del desarrollo humano; sin embargo, según el tipo de actividades en que participen, el aprendizaje puede concentrarse de manera particular en algún campo específico.