Este campo se refiere a las
actitudes y capacidades relacionadas con el proceso de construcción de la
identidad personal y de las competencias emocionales y sociales. La comprensión
y regulación de las emociones y la capacidad para establecer relaciones
interpersonales son procesos estrechamente relacionados, en los cuales las
niñas y los niños logran un dominio gradual como parte de su desarrollo
personal y social.
En la edad preescolar las
niñas y los niños han logrado un amplio e intenso repertorio emocional que les
permite identificar en los demás y en ellos mismos diferentes estados
emocionales –ira, vergüenza, tristeza, felicidad, temor– y desarrollan paulatinamente
la capacidad emocional para funcionar de manera más autónoma en la integración
de su pensamiento, sus reacciones y sus sentimientos.
Las emociones, la conducta y
el aprendizaje se ven influidos por los contextos familiar, escolar y social en
que se desenvuelven las niñas y los niños, por lo que aprender a regularlos
implica retos distintos para ellos.
Las relaciones interpersonales implican procesos en los
que intervienen la comunicación, la reciprocidad, los vínculos afectivos, la
disposición a asumir responsabilidades y el ejercicio de derechos, factores que
influyen en el desarrollo de competencias sociales.
En este campo formativo los aprendizajes se favorecen en
los pequeños a partir del conjunto de experiencias que viven y a través de las
relaciones afectivas que tienen lugar en el aula.
Bibliografía:
PEP 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario