La expresión artística tiene
sus raíces en la necesidad de comunicar sentimientos y pensamientos, que son
“traducidos” a través del sonido, la imagen, la palabra o el lenguaje corporal,
entre otros medios. El pensamiento en el arte implica la interpretación y
representación de diversos elementos presentes en la realidad o en la
imaginación de quien realiza una actividad creadora. Comunicar ideas mediante
lenguajes artísticos significa combinar sensaciones, colores, formas, composiciones,
transformar objetos, establecer analogías, emplear metáforas, improvisar
movimientos, recurrir a la imaginación y a la fantasía, etcétera. El desarrollo
de estas capacidades puede propiciarse en las niñas y los niños desde edades
tempranas.
La construcción de la imagen
corporal en las niñas y los niños se logra en un proceso en el que van
descubriendo las posibilidades que tienen para moverse, desplazarse,
comunicarse a través del cuerpo o para controlarlo -como en el juego de las
estatuas- Estas capacidades de control y autorregulación se propician, sobre
todo, mediante la expresión corporal y el juego dramático.
El trabajo pedagógico con la
expresión y la apreciación artísticas en la educación preescolar se basa en la
creación de oportunidades para que las niñas y los niños hagan su propio
trabajo, miren y hablen sobre él y sobre la producción de otros.
Ellos necesitan ocasiones
para jugar, cantar, escuchar música de distintos géneros y bailar. De esta
manera enriquecen su lenguaje; desarrollan la memoria, la atención, la escucha,
la expresión corporal y tienen mayores oportunidades para la interacción con
los demás.
Bibliografia: